De chiquitos en instrucción cívica nos enseñan que en la democracia el poder viene del pueblo que elige un gobernante. De grandes, algunos aprendemos que el poder no es algo tan simple. Si la opinión pública es mayoritaria, es decir si el pueblo todo está convencido de algo, el gobernante por su propia convicción, por instinto de preservación, o por pura demagogia, va a actuar en consecuencia. (Sobre la opinión de las mayorías, y cuándo resultan útiles, pueden leer esto… http://algobierno.blogspot.com.ar/2017/09/lo-que-dice-la-mayoria.html ) Pero, si las aguas están divididas, entonces el pueblo no funciona como fuente de poder (que es lo que ocurre casi siempre, muy pocos temas unen a las masas y en general son los más obvios o aberrantes). De ahí el famoso divide y reinarás... Entonces, aparecen grupos que ofrecen apoyo a ciertos candidatos, a cambio de eventuales favores políticos… aparece la obra pública, las licitaciones arregladas, las con...
Podemos hacer algo más, empezando por entender verdaderamente los problemas, para buscar ideas de mejora o soluciones. Abierto a todo el mundo.